Unos índices de azúcar en sangre ligeramente elevados no son motivo para no realizar una cura con uvas. Un estudio realizado en Francia* con 300 sujetos que realizaron una cura con uvas de una semana de duración con uvas frescas ha arrojado el resultado de que los índices de azúcar en sangre ligeramente elevados se normalizan después de pasar una cura con uvas. Los estudios de laboratorio demuestran además descensos considerables de los niveles de ácido úrico, de triglicéridos.y de colesterol. Resultaron llamativas las considerables mejorías producidas en el caso de dolencias crónicas. Así, los participantes en el proyec to informaron de mejoras en:
— La fatiga rápida, hasta el 88 por 100.
— La irritabilidad, el nerviosismo, hasta el 91 por 100.
— El insomnio, hasta el 77 por 100.
— El estreñimiento, hasta el 71 por 100.
— Otras alteraciones digestivas e intestinales, has ta el 77 por 100.
— Problemas dérmicos, hasta el 79 por 100.
En muchos casos se informó de una clara mejoría de la sensación de bienestar general: el trabajo resulta ba más fácil, los participantes podían pensar con más claridad, experimentaban mayor alegría y participaban en su entorno con más espontaneidad y más vitalidad. Sólo el 10 por 100 de los participantes informó de que sus enfermedades crónicas no habían mejorado conforme a lo esperado.
Algunos de los efectos curativos no aparecieron hasta las dos o tres semanas de cura: por ejemplo, en algunos casos de potenciación de la capacidad visual.
Los médicos que acompañaron el estudio constataron con satisfacción que, con frecuencia, la cura con uvas condujo a un cambio duradero en la forma de vida, sobre todo respecto a la alimentación. Después de la cura, los participantes comían menos carne, bebían menos café, té y alcohol y prescindían parcialmente del gusto por la nicotina. La evacuación intestinal con frecuencia se aceleraba.
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