El arbusto «santo» se planta con frecuencia en los jardines domésticos. Se le atribuye la facultad de auyen-tar los malos espíritus y de atraer los buenos espíritus domésticos (lares). Desde la Edad de Piedra, el hombre ha aprovechado los poderes curativos del saúco. Bebi dos en caliente, el zumo de sus bayas y el té hecho con sus flores tonifican el cuerpo y estimulan las glándulas sudoríparas. La Medicina natural recomienda el saúco para sudar en caso de resfriados, cuando se tienen do lencias crónicas de las vías respiratorias, dolencias de las vías urinarias, reúma y debilidad del sistema inmunita-rio. En la Homeopatía se utiliza como anticatarroso y para activar las defensas propias del organismo.
Los efectos del saúco se basan en un gran número de sustancias, algunas de ellas concentradas en las ba yas y otras en las hojas. La combinación óptima es la que utiliza ambas partes de la planta.
Las bayas de saúco contienen sustancias activas, como por ejemplo:
Colorantes vegetales, antiguamente utilizados para teñir paños. Ácidos orgánicos.
Un amplísimo espectro de vitaminas; por cada 100 gramos:
— 27 miligramos de vitamina C: aumento de las defensas del organismo.
— 0,07 miligramos de vitamina Bx: obtención de energía, capacidad física.
— 0,07 miligramos de vitamina B2: respira ción celular, sangre, piel.
— 1,08 miligramos de niacina: mucosa, nervios.
— 180 mcg. de caroteno (retinol equivalen te): piel, ojos, sistema inmunitario.
Una relacsjjón de minerales muy favorable; por cada 100 gramos:
— 1 miligramo de sodio: presión arterial.
— 303 miligramos de potasio: eliminación de agua, conducción nerviosa.
— 1,6 miligramos de hierro: hematopoyesis.
Las flores de saúco contienen, entre otras sustancias:
Más de un 1 por 100 de flavonoides, coloran tes vegetales altamente activos, que impermeabili zan los tejidos contra los gérmenes patógenos, mejoran el efecto del sistema inmunitario y aumentan la excreción por la orina.
Hata un 0,3 por 100 de aceite esencial, que juntamente con los flavonoides es responsable del efecto sudorífero, posee propiedades antibacteria nas y favorece la secreción mucótica.
Taninos y mocos, que protegen las mucosas de los gérmenes patógenos y curan las inflamaciones.
Glicósidos, que apoyan el efecto sudorífero.
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