Tan pronto como se dispone de más energía de la que necesita el organismo, dicha energía se transforma en grasa, acumulándose en células especiales. A medida que aumentan estos depósitos grasos van haciéndose pa tentes exteriormente a simple vista, en los «michelines», en la barriga o en las caderas. El sobrepeso es el resulta do de un aporte energético superior al consumo realiza do. La única forma de eliminarlo es aportando menos energía de la que se consume. El máximo déficit de ener gía, y consiguientemente la reducción de peso más rápi da, debe esperarse cuando el aporte energético es insignificante. Muchas personas ayunan por la motivación que hemos expuesto. Cuanto más acusado sea el sobre peso, mayor es el efecto de adelgazamiento. A pesar de todo, hay tres puntos que deben tenerse claros:
1. La reducción de peso durante el ayuno no se debe sólo a la pérdida de grasas, sino también a la pérdida de agua. Dado que los depósitos grasos no comienzan a eliminarse aproximadamente hasta el se gundo día, el peso perdido durante el periodo inicial se debe predominantemente al agua eliminada. Por ello, las dietas de corta duración suponen una relaja ción del acumulo de depósitos grasos, pero apenas una reducción de peso considerable y duradera. Des pués de una dieta de breve duración, los kilos preten didamente perdidos se recuperan con rapidez.
2. Sea escéptico con las dietas milagrosas. Quien haya probado algunas de las curas de adelgazamiento tan extendidas por doquier, sabe que las promesas hechas a bombo y platillo apenas sirven para nada. En promedio, un adulto tiene suficiente con 2.000 ó 2.500 kilocalorías diarias: es la cantidad máxima de energía que se puede quemar al día. Con tal canti dad, los cálculos indican que es prácticamente impo sible reducir el tejido graso más de 500 gramos al día. Sólo aumentando el consumo de calorías me diante la actividad física (deporte) puede mejorarse algo el resultado.
3. El ayuno no es una dieta más de los cientos y miles de variantes que existen. El ayuno tiene diferencias esenciales con las múltiples dietas de adelgazamiento que recomiendan cualquier combinación de alimento sólido o una reducción de calorías y de cantidades ingeridas. En el ayuno se renuncia totalmente al alimento sólida para aprovechar la energía que se li bera. Es cierto que también se pueden realizar ayunos breves de uno o pocos días (por ejemplo, para conte ner un aumento de peso inminente), pero el deseado efecto más amplio de estimulación integral no se con sigue hasta un mínimo de siete días de ayuno.
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