Ayunar no nos deja hechos polvo

Lo ideal es relacionar el ayuno con una fase cons­ciente de desconexión, reflexión y relajación. Las vaca ciones y los cambios de lugar favorecen los efectos del ayuno. El aire fresco, la paz y el esparcimiento convier ten al ayuno en una cura de vitalidad muy amplia para el cuerpo, el espíritu y el ánimo. Pero no siempre es posible organizar el ayuno de forma tan óptima. La mayoría de las curas de ayuno con zumos se realizan en casa paralelamente a la actividad cotidiana normal.
En general, las capacidades físicas se mantienen, de forma que la actividad profesional y el resto de com­promisos pueden realizarse con absoluta normalidad. Pudiera ser que por las mañanas fuera necesaria una fa se inicial más prolongada; es decir, es mejor levantarse algo más temprano y tomarse un poco de tiempo. La ducha (sobre todo las duchas alternativas frías y calien tes) reactiva la circulación; los pequeños ejercicios de gimnasia estimulan igualmente la circulación.
Tome nota de los éxitos conseguidos con el ayuno con zumos, anotando su peso todas las mañanas justo después de levantarse y anotando cómo se encuentra du rante el día. Hacerlo motiva para continuar y ayuda a re cuperarse en caso de que aparezca algún bajón de ánimo.

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